La fecha de caducidad es aquella a partir de la cual consumir un alimento puede conllevar un riesgo para la salud del consumidor, ya que puede que esté en mal estado. Por el contrario, la fecha de consumo preferente indica la fecha a partir de la cual un alimento comienza a perder sus propiedades iniciales, aunque sigue siendo saludable.
De esta manera, el aceite de oliva virgen extra nunca supondrá un riesgo para la salud del consumidor. Entonces, ¿podemos seguir consumiendo un aceite de oliva después de su fecha de consumo preferente? Aunque depende de varios factores, probablemente sí.
La fecha de consumo preferente es una fecha estimada que determina el envasador a partir de la cual no se responsabiliza de la calidad del aceite. Sin embargo, sí que podemos seguir utilizando ese aceite, aunque los expertos recomiendan usarlo para cocinar y no para consumir en crudo.
Algunos de los factores que intervienen en el buen estado de conservación de los aceites son la variedad de la aceituna, siendo la picual la que mejor conserva sus propiedades debido al alto nivel de polifenoles; el año de cosecha, la fecha de envasado, etc.
El aceite de oliva es un producto no perecedero y, como tal, no caduca. Un aceite de oliva virgen extra es un zumo de aceitunas recién exprimido, 100% natural y en el que no han intervenido conservantes ni edulcorantes para su conservación.
Como producto natural, el aceite de oliva virgen extra mantiene intactas sus propiedades durante un determinado tiempo que puede variar si el propio consumidor lo ha conservado apropiadamente. Aproximadamente, un aceite de oliva virgen extra mal conservado puede durar hasta los nueve meses desde su envasado, mientras que un aceite de oliva virgen extra bien conservado puede llegar al año y medio.
El principal deterioro que sufre el aceite de oliva virgen extra es la oxidación. Factores como el oxígeno, la temperatura y la luz merman la calidad de nuestros aceites de oliva.
Para asegurar y mantener la calidad de un aceite de oliva, es necesario cuidarlo desde las almazaras. En la almazara S.C.A. Santa María, donde elaboramos tanto nuestros aceites Bercho de cosecha temprana, como Oleobercho, aceites de oliva virgen extra; disponemos de bidones de acero inoxidable para evitar que los factores anteriormente comentados perjudiquen la calidad de nuestros aceites de oliva.
En los supermercados debemos evitar los envases claros, ya que permiten a la luz oxidar el aceite. En Oleobercho garantizamos la calidad de nuestro aceite de Jaén envasando el producto en el momento de su compra.
Una vez en casa, independientemente de si es una garrafa aceite de oliva o 1 litro de aceite, el consumidor debe mantener el aceite alejado de la luz, en un sitio fresco y seco, y cerrado herméticamente.
Cuando la fecha de consumo preferente pasa, lo más probable es que estemos tomando un aceite de oliva virgen en lugar de un virgen extra. No os alarméis, sigue siendo igual de saludable, pero le habrán salido algunos defectos organolépticos que le impidan gozar del apellido virgen extra.
Para saber si un aceite de oliva está “caducado” (recordemos que el aceite de oliva virgen extra no caduca), podemos prestar atención a los siguientes detalles:
- Indicador visual: si el aceite tiene unos colores diferentes a la gama cromática verdosa y amarillenta, ha dejado de ser virgen extra.
- Indicador gustativo: si al probar el aceite de oliva notamos cierta palidez, la calidad del aceite ha disminuido.
- Indicadores olfativos: si notamos olor a rancio o parecidos al barniz o disolvente, probablemente ese aceite de oliva esté “caducado”.
Lo más aconsejable, en este caso, es utilizarlo para freír y para guisar y comprar un aceite de oliva virgen extra de la cosecha actual para disfrutar de su consumo en crudo.
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