Oleobercho 3x5L + Bercho 500ml
Aceite de Oliva Virgen Extra + Cosecha Temprana
Caja de 3 garrafas + 1 botella
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Si hay un indicador que sirve para medir la calidad del aceite de oliva esa es la acidez. Su importancia radica en que a través de ella se puede valorar la cantidad de ácidos grasos libres que hay en el aceite, algo que solo puede detectarse mediante la realización de una prueba concreta en un laboratorio.
Dicha prueba expresa su resultado a través del porcentaje en peso de ácido oleico por cada 100 g de aceite. Conviene señalar, además, que en el etiquetado dicho porcentaje suele estimarse en grados, aunque no es obligatorio ya que la denominación de cada tipo de aceite ya indica en qué parámetros se mueve cada uno.
A partir de aquí se puede establecer la siguiente relación: cuanto menor sea la acidez, mejor será el aceite de oliva y, por lo tanto, más saludable también. La explicación consiste en que la baja acidez es señal de que el aceite ha sido elaborado con aceitunas frescas y sanas, es decir, mide su grado de pureza.
Una vez comprendida esta premisa, toca diferenciar qué tipo de aceite de oliva tiene baja acidez. Aquí el inconveniente es que los consumidores pueden llegar a confundir la acidez con la intensidad del sabor pese a que no hay relación entre ambos conceptos. De hecho, la acidez no influye ni en la textura ni en el sabor del aceite de oliva.
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Encontramos que el aceite de oliva virgen extra es de baja acidez. Su máximo valor en dicho parámetro es de 0,8 %. Y es precisamente ese mismo límite el que marca la diferencia entre lo que se considera un aceite de oliva virgen extra y uno virgen. Por ejemplo, tanto el aceite de oliva virgen extra Oleobercho como el AOVE de cosecha temprana Bercho se caracterizan por tener un bajo índice de acidez, concretamente un 0,2 %.
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Por su parte, el aceite de oliva virgen suele tener una acidez comprendida entre el 0,8 y el 2 %; mientras que el aceite de oliva cuenta con un grado máximo de acidez del 1,5 %.
Volviendo a uno de los aceites de oliva de baja acidez, el virgen extra, descubrimos que este dispone de menos ácidos grasos libres como resultado de la separación entre las moléculas de glicerina y los ácidos. Esto tiene lugar cuando el aceite experimenta algún tipo de alteración química. Tal vez el olivo tuvo alguna enfermedad relacionada con plagas, la aceituna sufrió daños durante la cosecha o el transporte o simplemente el aceite terminó deteriorándose al quedar liberados sus triglicéridos. Este último caso, además, puede deberse a la oxidación que experimenta el aceite que se encuentra bajo la presión de las tolvas durante el proceso de su elaboración.
En cualquier caso, el aceite de oliva extra virgen, de baja acidez, dispone de una mayor vida útil y una mejor capacidad de conservación.
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