En primer lugar, necesitarás un pequeño recipiente de uso individual, como una tarrina, y, por supuesto, nuestro aceite de oliva virgen extra. A continuación, echa el aceite en el recipiente hasta que cubra un poco más de la mitad. Finalmente, tapa el recipiente y mételo en el congelador durante 15 minutos y después en la nevera durante otros 15 minutos.
Transcurrido ese tiempo comprobarás que el aceite se ha cuajado y que tendrás lista tu mantequilla de aceite. ¡Más fácil, imposible!
Ahora bien, cuando vayas a utilizar este tipo de mantequilla presta atención, ya que se funde más rápido que la mantequilla de siempre. De hecho, si la untas sobre una tostada caliente lo observarás claramente. Por tanto, si tras sacarla de la nevera te das cuenta de que la mantequilla de AOVE se funde demasiado, vuelve a meterla en el frigorífico. El tiempo que tarde en volver a estar más sólida dependerá del tipo de aceite, el tamaño del recipiente y de la potencia de la nevera.
La regla es que cuanto más pequeño sea el recipiente, más fácil será conservar la mantequilla de aceite de oliva. Además, por debajo de los 6º C el aceite de oliva empieza a volverse sólido. Con todo, este proceso no afecta ni a las propiedades saludables del aceite ni a su calidad.
En muchos casos la mantequilla es fundamental a la hora de cocinar, especialmente si nos referimos de la repostería. Sin embargo, cada vez más gente busca una alternativa distinta, vegetal para evitar consumir grasa animal y también más saludable. Hablamos del aceite de oliva.
Los beneficios que aporta introducir este superalimento en nuestra dieta son numerosos. Sin ir más lejos, el aceite de oliva está formado por ácido oleico, que protege al organismo frente a la muerte celular, según un reciente estudio. Otros de sus compuestos como los polifenoles y la vitamina E ofrecen antioxidantes naturales que ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades graves como el cáncer, los problemas cardiovasculares y los procesos neurodegenerativos.
A la hora de sustituir la mantequilla por aceite de oliva solo hay que tener en cuenta la variedad del aceite que vayas a utilizar, la cantidad que uses y su tiempo de cocinado.
Por un lado, conviene escoger la variedad de aceite de oliva que mejor se adapte al sabor que se pretende conseguir. En el caso de la repostería, por ejemplo, el tipo de aceite más indicado es el de arbequina, cuyo aroma y sabor son más afrutados.
Después, hay que recordar que la mantequilla está compuesta, aproximadamente, por un 85 % de grasa y un 15 % de agua; de modo que cuando la receta indique 100 gramos de mantequilla, habrá que utilizar 85 gramos de aceite de oliva.
Finalmente, con aceite de oliva habrá que añadir más tiempo al cocinado.
Ahora que sabes cómo preparar mantequilla de aceite de oliva, ¡visita nuestra tienda, escoge tu AOVE preferido y ponte a cocinar!
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