Para tranquilidad de los lectores no existen tales perjuicios del aceite de oliva. Se trata de algo que se puede llegar a pensar en tanto que es un producto rico en calorías, aunque sean las mismas que tiene cualquier otro tipo de aceite.
A este respecto, investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra realizaron un estudio en el que demostraron que los antioxidantes del aceite de oliva pueden ayudar a bajar de peso. Además, cabe señalar que las grasas del aceite de oliva son monoinsaturadas, de modo que contribuyen a tratar los problemas de salud que sí pueden causar las grasas saturadas. De esta forma, el consumo de aceite de oliva reduce el colesterol LDL (más conocido como malo) y también los niveles de glucosa en sangre, además de mejorar la digestión, entre otros ejemplos. Como todo, este consumo debe ser moderado para que sus efectos sean los deseados.
Por tanto, se puede afirmar que no existen contraindicaciones del aceite de oliva extra virgen. De hecho, autoridades como la Agencia Europea de la Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) han reconocido las ventajas que ofrece incluir el aceite de oliva en la dieta diaria. En un ensayo científico publicado al respecto, la EFSA destacó la capacidad del aceite de oliva para regular la concentración de triglicéridos en sangre, entre otros beneficios. De ahí que los médicos aconsejen su consumo diario con el objetivo de evitar la oxidación de las células y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, por solo mencionar algunos casos.
Sin embargo, los expertos señalan que el aceite de oliva solo es un superalimento y que no cura ninguna afección, sino que ayuda a prevenir que aparezca. Para ello, es importante seguir una alimentación saludable y equilibrada acompañada del aceite de oliva. Otra cuestión distinta serían los hábitos para consumirlo o cocinar con él.
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En primer lugar, lo mejor es apostar por el consumo de aceite de oliva virgen extra, que tiene una mayor concentración de antioxidantes naturales. Pese a ello, hay que valorar otras propiedades del aceite de oliva que pueden no resultar tan beneficiosas para determinados casos. Un ejemplo de ello son aquellas personas que toman medicación para bajar la tensión. El consumo de aceite de oliva ya contribuye a ello, de modo que estas personas se encontrarían con la presión arterial más baja de la deseada.
Más allá de la interacción con ciertos medicamentos, el problema puede surgir a raíz de una intolerancia o alergia alimentaria. De experimentar picazón en la piel, hinchazón o incluso dificultad para respirar tras consumir aceite de oliva, hay que acudir de forma inmediata a urgencias.
Por el contrario, en otros casos el malestar puede manifestarse como indigestión, acidez estomacal o hasta diarrea. Sin embargo, la razón de estas afecciones suele deberse al consumo desmesurado de aceite de oliva.
Con todo, es conveniente tener en cuenta aspectos como el punto de humo del aceite de oliva a la hora de freír, ya que una vez superado el aceite empieza a perder nutrientes.
Y por último, aunque no por ello menos importante, no es del todo aconsejable mezclar el aceite de oliva con otros remedios tradicionales como el zumo de limón, ya que la combinación de ambas, por muchas ventajas que ofrezca su consumo por separado, puede no resultar tan beneficiosa como cabría esperar.
Ahora que sabes que no hay evidencia reconocida sobre las contraindicaciones del aceite de oliva, visita nuestra tienda y elige tu aceite de oliva virgen o virgen extra y compleméntalo con una dieta equilibrada para mantenerte sano.
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